La forma de redactar, organizar y diseñar una información para ser publicada en un servidor web conectado a la red Internet, es muy diferente de cómo nos plantearíamos este trabajo si fuera a publicarse en el soporte tradicional en papel. Deberemos tener en cuenta toda una serie de cuestiones que son propias y específicas de esta tecnología:
1. El hipertexto y la posibilidad de "navegar" por la información
En un documento en papel solemos movernos por la información de una forma lineal: una hoja tras otra. Sin embargo, en una página web el hipertexto nos permite irnos desplazando de un documento a otro con el simple acto de pulsar sobre un enlace. Esta peculiar forma de navegar por un conjunto de información entrelazada puede provocar cierta desorientación por parte del lector, ya que con un solo paso puede haberse desplazado tanto a una sección diferente del mismo web, como a un web totalmente distinto. Además, raramente podremos incluir toda nuestra información en un solo documento; tendremos que fragmentarla en diversos ficheros.
Estas dos circunstancias nos obligan a intentar estructurar lo mejor posible la información, de forma que nuestro lector esté siempre bien orientado sobre en qué sección se encuentra y entienda la relación entre la página que está viendo con las demás de nuestro web. Esto podemos conseguirlo con diversas ayudas:
*Realizando páginas de indice lo mas claras posible.
*Usando los botones de navegación que permitan al usuario volver a las páginas de indice, a la página
principal o desplazarse a las páginas relacionadas.
*Incluyendo gráficos o colores diferentes según la sección de nuestro web en que nos encontremos.
2. La lentitud de las redes de comunicaciones
Siempre debemos ser conscientes de que la pagina web que estamos diseñando se va a transmitir por una red de comunicaciones que no es tan rápida como sería deseable, que muchos de nuestros lectores tienen que pagar por hacer esa transmisión y que desconocemos la potencia del equipo informático que poseen. Así, tenemos que cuidar que nuestras páginas no tengan un tamaño demasiado grande, para facilitar su carga rápida por la red. Suele considerarse como el máximo tolerable un tamaño de unos 40 o 50 Kb (fichero + imágenes).
En un documento web lo que ocupa más espacio son los gráficos, por lo que deberemos valorar cuidadosamente la necesidad, cantidad y calidad de los gráficos que ponemos. Para detalles más técnicos, lee las recomendaciones sobre inclusión de gráficos en paginas web.
También debemos tener en cuenta la lentitud de la red a la hora de estructurar nuestra información: Hay que intentar que el lector llegue a la información deseada con el menor número de pasos intermedios que sea posible, para evitar que tenga que cargar fichero tras fichero. Por ello, si bien las paginas con índices son imprescindibles, no debemos abusar de ellas poniendo índices que remitan a más índices, como a veces podemos encontrar en Internet.
3. La existencia de diferentes programas y versiones de los programas navegadores
También a diferencia con los documentos en papel, los lectores de nuestras páginas web tienen que usar una herramienta para visualizarlas: los navegadores o browsers. Por el momento, no existe un programa standard, sino que, por el contrario, los distintos fabricantes se hacen la competencia incluyendo nuevos avances técnicos en sucesivas versiones de sus productos que normalmente no funcionan bien en el de la competencia.
Esto hace que una página que nosotros hemos diseñado viéndola con el programa Netscape, nos dé alguna sorpresa desagradable al intentar visualizarla con Internet Explorer. Y viceversa. Lo mismo puede ocurrirnos si vemos esa página con el mismo programa empleado, pero en una versión inferior. Esta es la razón por la que debemos valorar cuidadosamente la necesidad de emplear la "última" tecnología de diseño de paginas www que esté de moda en ese momento y ser conscientes de que cuanto más simple sea nuestra página más posibilidades hay de que sea correctamente visualizada por un mayor número de lectores.
4. El monitor del ordenador
Los documentos web están pensados para ser visualizados en la pantalla de un ordenador. El problema es que desconocemos el tipo de monitor desde el que se van a leer las páginas: pequeño o grande, de cristal líquido, en color o blanco y negro, con resolución buena o mala, etc. Así, un documento que hemos diseñado cuidadosamente en nuestro monitor de 15 pulgadas con una resolución 600 X 800, puede verse "encogido" en una pantalla grande, o bien parte del contenido "salirse" de la pantalla en un monitor de baja resolución. Por esta razón no está de más comprobar el aspecto que toma nuestra pagina en distintos tipos de pantallas.
El hecho de visualizar el documento en una pantalla también va a influir en la longitud que deberemos dar a nuestras páginas, ya que no es conveniente obligar a los lectores a desplegar páginas excesivamente largas (ver además las recomendaciones sobre longitud de páginas). En todo caso es importante que el máximo de información significativa aparezca en pantalla nada más acceder a nuestra página.
5. La actualización de la información
En una publicación en papel, tenemos que esperar a la aparición de una nueva edición de la misma para poder actualizar sus contenidos. Una de las principales ventajas del soporte web es la posibilidad de mantener actualizada la información en un instante. Así, la tarea realizar unas páginas web no finaliza con su publicación en un servidor: es necesario mantenerla actualizada, trabajo que en realidad no "termina" nunca. Es necesario considerar previamente la posible caducidad de la información que vamos a poner en la red. Si pensamos que no vamos a ser capaces de mantener actualizada determinada página, tal vez debamos replantearnos la oportunidad de su publicación. Lo mismo ocurre con los tan comunes listados de enlaces recomendados: quedan obsoletos con gran rapidez. Además, es importante indicar en la propia página la fecha de la última modificación, de forma que el lector esté informado de la puesta al día de la misma.
6. Propiedad intelectual
Sólo deberemos publicar en Internet material que sea propio o de libre uso. En caso contrario, deberemos disponer del permiso del autor. Todo el material publicado en Internet está protegido por la legislación sobre Propiedad Intelectual. Sin embargo, debemos tener en cuenta que es muy sencillo copiar cualquier información que pongamos en la red, por lo que debemos valorar cuidadosamente la oportunidad o no de publicar algún tipo de información sensible o confidencial.
7. Difusión y publicidad de las páginas
Poner la información en un servidor web no es garantía suficiente de alcanzar a todos los usuarios potenciales deseados. Necesitamos dar difusión a la existencia de nuestras páginas si deseamos que cumplan su función. Lo más normal es que nuestros usuarios alcancen nuestro web tras una búsqueda en alguno de los numerosos motores de búsqueda existentes. Para que aparezcan nuestras páginas reflejadas en estos buscadores, debemos tener en cuenta los elementos que estos usan para localizar información:
*Poner claramente el título del documento
*Introducir algunas palabras clave en la etiqueta correspondiente a la información de la pagina dentro del
lenguaje HTML.
*Incluir el máximo de información significativa posible en las primeras 25 líneas de la página, ya que algunos
motores de búsqueda las usan para indizar su base de datos.
*Darnos expresamente de alta en los motores de búsqueda. Casi todos los buscadores incluyen un
formulario para darse de alta. Existen además servicios que nos dan de alta simultáneamente en muchos
buscadores, aunque la mayoría de ellos son de pago.
8. Los contenidos y el tipo de usuarios a quienes están dirigidos
Lo más importante en una página web son los contenidos. La búsqueda de cualquier información en Internet suele ser una larga navegación de página en página, necesitando emplear mucho tiempo para encontrar información útil. La manera de diseñar y organizar nuestra información estará claramente condicionada por el tipo de contenidos y, sobre todo, por el usuario al que van dedicados.
Páginas redactadas para personal o estudiantes de la propia universidad y que pensamos que se van a consultar principalmente en los ordenadores de nuestra red: podemos permitirnos ficheros más grandes, ya que las comunicaciones son rápidas y el tiempo de espera será mínimo.
En el caso de materiales que pensemos que se van a consultar desde ordenadores ajenos al apropia universidad: tendremos que ser muy cuidadosos con el tamaño de los ficheros
Materiales orientados a extranjeros, especialmente latinoamericanos que suelen usar ordenadores muy lentos: debemos hacer las páginas lo más rápidas que sea posible.
Información que sospechamos los lectores van a preferir leer en forma impresa: intentar que toda la información vaya en un solo documento y utilizar una tipografía apropiada, aprovechando los márgenes de la página
Páginas orientadas a usuarios con mayores conocimientos de Internet: podemos presuponer que dispondrán de mejores equipos y que no se sorprenderán con la inclusión de tecnologías más avanzadas que las simples páginas de información estáticas.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA DISEÑAR PAGINAS WEB
Publicado por WebMaster
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